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HIGIENE EMOCIONAL
“No soy lo que me ha pasado, soy lo que decido ser.”
¡Hola mi querido guerrero!
Quiero compartirte un concepto increíble, que sin duda te cambiará la vida, es acerca de la higiene emocional.
Primero te platico que, en la época medieval la higiene corporal sólo merecía una importancia estética, relacionando la enfermedad con la pobredumbre del aire, al igual que en el renacimiento donde además surge la fantasmagórica en torno al baño.
Con el siglo XIX y los avances en microbiología surge el movimiento higienista enriqueciendo además a la higiene como concepto.
Ya una vez que esto pasó con el concepto, la gente comenzó a practicar higiene personal y la tasa de esperanza de vida aumentó en más del 50% en apenas unas décadas.
Creo que nuestra calidad de vida podría aumentar de forma igual de drástica si todos empezamos a practicar higiene emocional.
Te imaginas, ¿cómo sería el mundo si todos fuéramos psicológicamente saludables? (Winch, G., 2014).
La familia es el lugar donde se establecen los primeros vínculos, relaciones y emociones. Los padres (reales o simbólicos) son para los niños sus referentes vitales, por lo que es fundamental que primero los padres aprendan a identificar cómo se sienten.
La escritora y filósofa Elsa Punset nos recuerda que, “enseñamos a los niños a leer, escribir o vestirse, pero ¿qué hay de sus emociones?
Introyectamos nuestra forma de ver y enteder la vida a los niños. Si tú eres adulto en este momento, te cuento que también fuiste niño y para enteder este concepto te resumo una clasificación de las emociones:
Emociones primarias y secundarias
Introyectamos nuestra forma de ver y enteder la vida a los niños. Si tú eres adulto en este momento, te cuento que también fuiste niño y para enteder este concepto te resumo una clasificación de las emociones:
Las primarias son las que no intervienen en tu cerebro racional sólo se expresan de manera espontánea en el cuerpo.
Posteriormente, les das una sentido o una interpretación, por ejemplo, una persona que siente asco por la mayonesa y de manera inconsiciente no sabe por qué le causa esta sensación de asco.
Resulta que, esta emoción primaria esta codificada en su ADN, porque su madre pudo haber tenido un tema relacionado con la mayonesa cuando estaba embarazada.
En definitiva, las emociones primarias son aquellas que no intervienen en tu mente, ya que, están en tu cuerpo, las secundarias surgen cuando gracias a tu estorno o a tus experiencias de vida tu les das un sentido o una interpretación, algunos ejemplos:
1. Vivimos una experiencia traumática o de fuerte impacto emocional.
2. El sistema límbico procesa este impacto y da órdenes al cuerpo sin pensar; aquí la rapidez es vital. Entonces damos un salto, nos escondemos, nos agachamos, corremos, demostramos ira frente a un competidor. Se produce todo un abanico de cambios y sensaciones corporales.
3. El área somatosensorial recibe todas estas sensaciones corporales y las reacionaliza, gracias a el área prefrontal, generando otro tipo de movimientos corporales.
El área prefrontal racionaliza las sensaciones físicas y se hace consciente de emociones (emoción social) y sentimienos.
Las emociones reprimidas (emoción oculta), las viscerales, pueden manifestarse en síntomas físicos o enfermedades.
Así pues, la emoción primaria o emoción oculta es aquella que se sintió en un momento de impacto. Es espontánea, reacciona al ambiente y la sentimos en todo nuestro ser. Es la emoción que se reprime por no ser aceptada socialmente y que cambia nuestra fisiología cuando es expresada. Favorece y propicia la acción por parte del individuo que la experimenta.
En cambio, la emoción secundaria o emoción social es la que se pudo expresar y que esconde un sufrimiento que no se quiere mostrar por tabúes o creencias. Este tipo de emoción enmascara la emoción primaria u oculta. En esta emoción, la persona no pasa o no quiere pasar a la acción, no quiere un cambio. Llamamos emoción social a aquella que, cuando se expresa, no cambia nada en nuestro interior.

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